¡Alerta Mujer! Conciliación con Exparejas Violentas: Un Riesgo Mortal 

Por Rosa Escoto

Históricamente, muchas mujeres han perdido la vida a manos de sus parejas o exparejas tras haber “conciliado” luego de un ciclo de violencia y abusos. Este patrón de reconciliación, que en algunos casos se confunde con perdón y esperanza de cambio, puede transformarse en una trampa mortal.
 
Cada día, se registran casos de mujeres que deciden regresar con sus agresores, convencidas de que el amor, la familia o la esperanza de una transformación genuina pueden superar el trauma de la violencia. Sin embargo, estudios y cifras alarmantes muestran que la mayoría de los feminicidios ocurren luego de intentos fallidos de reconciliación. Las agresiones suelen intensificarse cuando el abusador percibe una pérdida de control sobre la víctima, desencadenando actos violentos que, en muchos casos, terminan con la vida de la mujer.
 
El perdón puede ser un paso personal importante para el proceso de sanación, pero no se debe confundir con el regreso a una relación abusiva. El ciclo de la violencia doméstica es insidioso: el agresor suele prometer cambios, mostrar remordimiento o incluso buscar ayuda, pero con frecuencia estos gestos son temporales y forman parte del patrón de control que caracteriza este tipo de relaciones.
 
Para una mujer que ha sido maltratada, cada día de convivencia con su agresor es un peligro latente. La violencia física y emocional no desaparece con promesas vacías ni con la intención de empezar de nuevo. De hecho, la reanudación de la relación suele acarrear mayores riesgos, ya que el agresor puede ver en el regreso de la víctima una oportunidad para ejercer más control y reafirmar su poder.
 
El perdón no implica exponerse de nuevo al peligro.
 
Las autoridades, familiares y amigos deben estar alerta cuando una mujer en situación de violencia decide retomar la relación con su agresor. Es fundamental que la sociedad comprenda que la verdadera seguridad y sanación solo se alcanzan fuera del círculo de violencia, con apoyo profesional y redes de protección que fortalezcan la independencia y la autoestima de la víctima.

La lucha contra la violencia de género no se limita a intervenir solo cuando ocurren los abusos. Implica crear conciencia sobre los riesgos de la reconciliación con parejas abusivas, educar sobre las señales de alerta y promover la importancia de alejarse definitivamente de ambientes violentos. Solo así se puede romper el ciclo y prevenir más tragedias.
 
La prevención y el apoyo a las víctimas son esenciales, pero más importante aún es el mensaje claro: una relación violenta nunca debe retomarse. Las mujeres tienen derecho a vivir sin miedo.