La República
En un breve comunicado, sin explicaciones, el líder militar en el poder en Burkina Faso, Ibrahim Traoré, anunció oficialmente la destitución del primer ministro y la disolución del gobierno. Aunque no se especificaron las razones detrás de esta decisión, algunos observadores de la política burkinesa interpretan el movimiento como un intento de reorganizar el equipo de liderazgo.
El gobierno saliente, encabezado por Kyélem de Tambèla desde octubre de 2022, tenía la misión de afrontar la grave crisis de seguridad que afecta al país y estabilizar su economía. Con la disolución del gabinete, Burkina Faso entra en un periodo de incertidumbre y especulación sobre el futuro político y administrativo del país del Sahel.
Mientras el capitán Traoré y los militares tienen el control de las cuestiones militares y de seguridad, Kyélem de Tambèla desempeñaba el papel de director de la acción gubernamental.
Este primer ministro, reservado y conocido por su carácter solitario, fue nombrado en 2022 por sorpresa, apenas veinte días después del golpe de Estado liderado por Traoré. Desconocido para gran parte de la esfera política burkinesa, su designación llevó a muchos a buscar su nombre en internet para averiguar quién era este nuevo jefe de gobierno.
Kyélem de Tambèla asumió un desafío complejo en un contexto marcado por golpes de Estado y la violencia yihadista. Considerado un abogado intransigente, de principios firmes y seguidor de la ideología de Thomas Sankara, aceptó la tarea con determinación.
Sin embargo, su idealismo parecía generar dudas incluso entre sus allegados. Según el medio Jeune Afrique, un amigo cercano lo describió como «demasiado idealista» en el momento de su nombramiento. Aunque se le reconocen sus principios, en el ejercicio del poder podría haber tenido que hacer concesiones.
Novato en política y sin familiaridad con los engranajes administrativos, Apollinaire Joachim Kyélem de Tambèla se destacó por su estilo disruptivo como primer ministro.
«El primer ministro tiene una visión nueva que a veces puede sorprender a sus interlocutores, especialmente en una administración acostumbrada a ciertos formalismos», comentó uno de sus partidarios en declaraciones recogidas por Jeune Afrique. «Rompe con las costumbres y no siempre emplea un lenguaje diplomático cuando se reúne con delegaciones extranjeras», agregó.
Sin embargo, la relación entre Kyélem de Tambèla y los militares al mando no siempre fue fluida. «Tengo la impresión de que su entendimiento con Traoré y los militares no era el mejor», señaló un ex alto funcionario cercano a la junta militar. «Probablemente lo sobrestimaron y ahora están decepcionados de que no haya logrado impulsar la refundación del Estado», añadió la misma fuente en el citado medio.
FRANCE 24
