Estudio atribuye al menos 16.500 muertes al calor agravado por el cambio climático en Europa

Un estudio científico advierte de que alrededor de 16.500 personas murieron este verano en 854 ciudades europeas por las altas temperaturas agravadas por el cambio climático, lo que representa en torno al 68 % de 24.400 personas fallecidas por causas relacionadas con calor extremo.

La investigación, dirigida por expertos del Imperial College London y la London School of Hygiene & Tropical Medicine, representa aproximadamente al 30 % de la población europea, por lo que es una muestra con resultados parciales, y fue realizada entre el 1 de junio y el 31 de agosto de este año.

Los científicos estudiaron la influencia del cambio climático en las temperaturas diarias de 854 ciudades y comprobaron que se situaban una media de 2,2 grados centígrados por encima de lo normal a causa de la quema de combustibles fósiles y la deforestación.

Según sus resultados, el impacto del calor agravado por el cambio climático varió entre países; entre los más afectados están Italia (4.597), España (2.841), Alemania (1.477), Francia (1.444) y el Reino Unido (1.147).

Por otra parte, Rumanía registró 1.064 muertes por agravamiento de las altas temperaturas; Grecia, 808, Bulgaria, 552, y Croacia, 268.

Algunas de las capitales europeas más afectadas son Roma (835), Atenas (630) o París (409), según los datos.
El informe advierte de que los mayores de 65 años representan el 85 % de las víctimas por calor añadido, lo que pone de relieve «la creciente amenaza que suponen los veranos extremos para una población europea cada vez más envejecida».

Los investigadores califican al calor extremo como un «asesino silencioso», ya que muchas muertes no se notifican y las cifras oficiales pueden tardar meses en conocerse.

El equipo científico insta reforzar las políticas de protección frente al calor; la medida más eficaz para frenar la mortalidad es acelerar la transición de los combustibles fósiles a las energías renovables, según el estudio.

Friederike Otto, profesora de Ciencias del Clima en el Imperial College de Londres, subrayó la relación directa entre el uso de combustibles fósiles y el impacto mortal de las olas de calor.

«La cadena que va desde la quema de petróleo, gas y carbón hasta el aumento de las temperaturas y la mortalidad es innegable», según Otto.

Añade que, de no haberse mantenido la dependencia de estos combustibles en las últimas décadas, no habría fallecido «la mayoría de las 16.500 personas que se estima» que han fallecido en Europa este verano por el agravamiento de las altas temperaturas.

El riesgo crecerá en los próximos años si no se acelera la transición energética, según los expertos.

«Miles de personas ya están muriendo» por fenómenos meteorológicos intensificados por el cambio climático; «este siglo estamos camino de alcanzar hasta 3 grados centígrados, lo que traerá veranos mucho más calurosos y mortales a Europa”, según Otto. EFE
esl-aqr/crf