Este miércoles 29 de octubre, la Defensoría Pública de Río de Janeiro cifró en 132 la magnitud de personas muertas en el mega operativo realizado por la Policía un día antes, en dos favelas de la ciudad. La institución policial señaló 119 muertos, incluidos cuatro agentes. Y el Gobierno de ese estado indicó 121 fallecidos. Según el gobernador regional, esas acciones tuvieron como objetivo el Comando Vermelho, una importante banda de narcotraficantes, mientras la ONU exige investigaciones y recuerda a las autoridades sus obligaciones en virtud del Derecho Internacional y los DD. HH. A continuación, las claves del letal operativo.
Es considerado el operativo policial más mortífero en Río de Janeiro y uno de los más violentos en la historia de Brasil.
Residentes de dos zonas de la ciudad pasaron la madrugada de este miércoles 29 de octubre recogiendo y apilando cuerpos, luego de que el martes la Policía lanzara una operación que, asegura, estuvo dirigida contra “criminales” del Comando Vermelho o Comando Rojo, que actúan en las extensas favelas de bajos ingresos Complexo de Alemão y Penha.
132 personas murieron, según señaló la Defensoría Pública de Río de Janeiro. Y la Policía estatal redujo la cifra a 119, incluidos cuatro uniformados. El gobernador Cláudio Castro declaró que los fallecidos eran «sin duda» criminales, con excepción de los agentes que perdieron la vida en el operativo, ya que la mayor parte del tiroteo se produjo en una zona boscosa. «No creo que nadie estuviera caminando por el bosque el día del enfrentamiento», declaró a la prensa.
Sin embargo, surgen varios cuestionamientos en torno a lo que las familias y activistas de derechos humanos denuncian como “masacre” por parte de las autoridades.
Alrededor de 2.500 policías y soldados brasileños participaron en el masivo operativo que aseguran estuvo dirigido contra miembros de la banda de narcotraficantes Comando Vermelho o Comando Rojo, en Río de Janeiro el martes 28 de octubre.
Los objetivos declarados de la operación eran capturar a los dirigentes de la organización criminal y limitar la expansión territorial del grupo, una banda que ha incrementado su control sobre las favelas en los últimos años.
Pero los hechos desencadenaron enfrentamientos armados y represalias por parte de pandilleros, lo que generó escenas de caos en toda la ciudad.
81 sospechosos fueron arrestados y se incautaron 93 rifles y más de media tonelada de drogas, según informó el Gobierno estatal.
“Los cobardes ataques de criminales contra nuestros agentes no quedarán impunes”, declaró la Policía Civil de Río mediante la plataforma X.
Smoke seen rising and fires burn across the Brazilian city of Rio de Janeiro earlier today, as Brazil launches its largest ever police raid, involving more than 2,500 officers and soldiers, supported by helicopters, armored vehicles, and drones, against Commando Vermelho, a… pic.twitter.com/7s9fT8YlYo
El megaoperativo incluyó agentes en helicópteros y vehículos blindados en las extensas favelas de bajos ingresos de Complexo de Alemão y Penha, que se extienden por el terreno montañoso costero de la ciudad.
Las escuelas de las zonas afectadas cerraron, una universidad local suspendió las clases y se bloquearon calles con autobuses utilizados como barricadas.
Los pandilleros atacaron a los agentes de la Policía con al menos un dron, indicaron las autoridades. El Gobierno del estado de Río de Janeiro compartió un video en X que aparentemente muestra una aeronave no tripulada disparando un proyectil.
Entretanto, imágenes en redes sociales mostraron fuego y humo elevándose desde las dos favelas mientras se escuchaban disparos.
Según informaron medios locales, presuntos miembros de pandillas bloquearon carreteras en el norte y sureste de Río en respuesta al operativo. La empresa de autobuses Rio Onibus indicó que se ordenó el uso de al menos 70 autobuses para los bloqueos, lo que causó daños considerables.
La operación del martes fue el resultado de un año de investigación sobre el grupo criminal, informó la Policía. EFE




