El encuentro de cuartos de final del torneo de fútbol de los Juegos Olímpicos de París 2024 entre Argentina y Francia concluyó con un desenlace polémico y tenso en el Nouveau Stade de Bordeaux. El partido terminó el viernes con la victoria de los anfitriones por 1-0.
La atmósfera se caldeó incluso antes del pitido inicial. Durante la interpretación del himno argentino, los más de 40,000 espectadores, en su mayoría seguidores locales, abuchearon estruendosamente, presagiando la intensidad que caracterizaría el encuentro.
Francia anotó temprano, a los 4 minutos del primer tiempo, y logró mantener su ventaja durante el resto del partido. Sin embargo, la verdadera controversia estalló al finalizar el encuentro. Cuando el árbitro uzbeko Ilgiz Tantashev señaló el final del partido, se desató una gresca multitudinaria entre los jugadores de ambos equipos en el terreno de juego.
Kevin Zenón, mediocampista de Boca Juniors, se mostró particularmente enojado durante el altercado. Las cámaras captaron cómo, en medio del caos, el árbitro mostró tarjeta roja al mediocampista francés Enzo Millot, aparentemente el blanco de la ira de los jugadores argentinos.
El entrenador francés, Thierry Henry, celebró con calma junto a sus colaboradores mientras el conflicto se desarrollaba en el césped. En declaraciones posteriores, Henry expresó su desacuerdo con lo sucedido: «Al final lo que pasó no estoy de acuerdo. Mi jugador tuvo una tarjeta roja y eso no lo acepto. No debe pasar».
La tensión no se limitó al campo de juego. Se viralizaron imágenes de jugadores franceses realizando gestos provocadores frente a los seguidores argentinos presentes en Bordeaux. Nicolás Otamendi, capitán argentino, criticó esta actitud: «Una cosa es festejar dentro del campo con tu gente, hacé lo que vos quieras no me interesa, pero eso no me gusta. Va en cada uno».
El arquero Gerónimo Rulli también condenó el comportamiento de algunos jugadores franceses: «A veces hay jugadores que no saben ganar y pasa lo que pasa. Creo que es completamente evitable, no es una linda imagen para nadie».
Philippe Diallo, presidente de la Federación Francesa de Fútbol, reconoció que la situación se salió de control: «Ése fue quizás el único momento en el que las cosas se nos fueron un poco de las manos. Tuvimos ese pequeño momento de olvido al final que nos llevó a esa pequeña refriega que no deberíamos haber visto».
Este incidente no es un caso aislado para la selección argentina en este torneo olímpico. En su debut contra Marruecos, se produjo otro escándalo que incluyó agresiones del público y la suspensión del partido durante casi dos horas.
La eliminación de Argentina en cuartos de final llegó después de un partido reñido. El equipo de Javier Mascherano estuvo cerca de igualar el marcador en los diez minutos de tiempo adicional, mientras que en el banco francés crecía la impaciencia por la prolongación del encuentro.
Según informes, el detonante de la pelea fue la celebración exagerada de Enzo Millot, quien, tras ser sustituido en el minuto 95, gritó la victoria y realizó gestos provocadores hacia el banco argentino al finalizar el partido. Esta acción desencadenó una reacción inmediata de los jugadores albicelestes.
(Reuters)