La República
El jefe de la diplomacia trumpista ya tiene nombre. A través de una publicación en su perfil de TruthSocial, el presidente electo estadounidense, Donald Trump, formalizó la nominación del senador por Florida Marco Rubio como el nuevo secretario de Estado durante su segunda administración, convirtiéndolo en el primer latino en ostentar el puesto.
Rubio, hijo de inmigrantes cubanos, ha transformado su postura en torno a la política exterior estadounidense desde que comenzó a ser parte activa durante la campaña trumpista. Dentro del Senado, Rubio ha sido un aguerrido defensor de las sanciones económicas y la presión política a países como Venezuela, Cuba, China e Irán.
A través de sus redes sociales, Trump felicitó a Rubio por ser el nominado a liderar la diplomacia estadounidense por los próximos años, describiéndolo como «un líder respetado» y una «voz poderosa por la libertad».
«Será un firme defensor de nuestra nación, un verdadero amigo de nuestros aliados y un intrépido guerrero que nunca retrocederá ante nuestros adversarios», dijo el electo presidente republicano.
El senador tiene un tenso pasado en torno a su relación con Trump, siendo uno de sus contrincantes en las elecciones primarias del Partido Republicano para la Presidencia en 2015, protagonizando múltiples encontronazos con el magnate, quién le apodó «pequeño Marco».
Zanjadas sus diferencias, Rubio, de 53 años, intentó ser el compañero de fórmula de Trump para este ciclo electoral. Aunque finalmente el neoyorquino se decidió por J.D Vance, Rubio se ha mantenido cerca del ahora presidente electo durante toda la campaña electoral, manifestando un fuerte respaldo a Trump en el Senado.
Sobre su experiencia con la política exterior estadounidense, Rubio es parte del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, así como vicepresidente del Comité de Inteligencia en la misma Cámara Alta. El senador de Florida se ha radicalizado desde su llegada a la política en 2010, dejando ver una intensa fijación en contra de China o del Gobierno cubano.
En relación con Israel y los Territorios Palestinos, el senador y próximo secretario de Estado ha sido enfático en su defensa del actuar israelí. Como legislador, copatrocinó una resolución del Senado que rechazó la decisión de la Asamblea General de la ONU a calificar de ‘ilegales’ los asentamientos israelíes en Cisjordania.
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